Si te estás preguntando en qué consiste el trabajo de un asesor fiscal o necesitas uno, pero tienes dudas sobre si sabrá ayudarte, sigue leyendo. Con este artículo conocerás las funciones básicas que todo asesor fiscal debe saber realizar.
¿Qué hace un asesor fiscal?
La mayoría de personas lo único que ven en la figura del asesor fiscal es un profesional que ayuda a pagar menos impuesto. Esta es una creencia errónea, un buen profesional hará que pagues exactamente por lo que te toca, ni más ni menos.
Las consecuencias de “hacer trampas” con las leyes tributarias se pagan caras, y es que Hacienda no se anda con chiquitas y sus multas son cuantiosas. De hecho, cuando la cuantía de las cuotas defraudadas sobrepasan los 120.000 € estamos incurriendo en un delito fiscal, que se condena con penas de 1 a 5 años y con la devolución de la cantidad defraudada multiplicada (hasta seis veces).
El buen asesor, como hemos dicho, te hará pagar lo que te pertenece, optimizando tu carga fiscal, dentro siempre de la legalidad. Todos conocemos casos de fraude fiscal por los cuales algunos personajes públicos han tenido que pasar una temporada entre rejas. Y nosotros no queremos eso… ¿No?
Las 10 funciones básicas del asesor fiscal
Una vez explicada la figura del asesor fiscal, pasamos a desgranar más detenidamente sus funciones, que son las siguientes:
- La primera, la básica, la asesoría y planificación fiscal, teniendo siempre conocimiento de la normativa tributaria, por la cual cosa debe formarse continuamente.
- Elegir las mejores soluciones, analizando el contexto jurídico que rodea cada cliente y escogiendo así la mejor estrategia, aplicando las deducciones, bonificaciones o compensaciones correspondientes.
- Soporte durante una posible inspección. Asistir e incluso representar a sus clientes frente a las diferentes actuaciones de la Agencia Tributaria.
- Cumplimentar, preparar e incluso presentar las liquidaciones tributarias en el plazo correcto, en sus distintos modelos y fórmulas, entre ellas el IRPF y el IVA.
- Hacer uso de las diferentes herramientas telemáticas, como bases de datos y plataformas de información.
- Conocer las leyes aduaneras, para poder asesorar a los clientes que se vean afectados por estas.
- Saber también los diferentes tributos locales y los cedidos a las comunidades autónomas, por lo menos, los del lugar donde se encuentre.
- Estar al tanto de la ley de sucesión y patrimonio, para su debida planificación y control.
- Concurso de acreedores, un asesor fiscal debe saber cómo debe desarrollarse y asesorarnos sobre ello.
- Constitución de empresas, podemos acudir a un profesional del sector para que nos instruya sobre cómo crear nuestra empresa o incluso que sea él quien nos lo tramite. Pero, no solo eso, sino también puede hacer lo mismo con el Impuesto de Sociedades y la disolución de nuestro negocio.
Aunque, cabe recalcar que la función del asesor fiscal es, como bien dice su nombre, asesorar. Es decir, al final la elección y la responsabilidad es nuestra. Si surge cualquier incidencia, quien da la cara delante de hacienda es el contribuyente. Por eso es tan importante escoger a un buen profesional y escuchar su sabio consejo.